El Mensaje en Nuestro Tiempo

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por Hidayat Inayat-Khan

El Mensaje en Nuestro Tiempo no está designado solamente a una cierta cultura ni a una sola parte del mundo; está destinado a toda la humanidad. Este Mensaje de la Unidad de los Ideales Religiosos podría ser ilustrado simbólicamente como Culto Universal inspirado en la historia de las grandes religiones, conocidas y desconocidas por el mundo entero.

La respuesta a la pregunta “¿Qué es el Mensaje?” varía según el entendimiento porque cada persona representa un punto de vista diferente a los demás. Sin embargo, todos reclaman beber de la misma agua de la verdad, llámese ésta arroyo, río, lago, mar, océano o la misma Fuente Divina.

El Mensaje mundial se puede entender como energía abstracta que llega a ser inteligible para la humanidad a través de la inspiración de los que trajeron el mismo Mensaje siglos atrás y cuyo magnetismo aún resuena en los corazones de los devotos, variando según la interpretación de la palabra original. La preservación de la resonancia mencionada siempre depende de la renovación continuada de la inspiración original; además, las características de estas renovaciones siempre han sido relacionadas con las condiciones de la vida, reglas y culturas en las áreas donde fueron expandidas. La misión de estas renovaciones podría ser identificada con el término “Religión.”

Los Mensajeros del mundo han venido con el gran ideal de liberar a la humanidad de las diversificaciones de teorías especulativas, relacionadas con mistificaciones de conceptos abstractos, que han persistido a través del tiempo, manteniendo el espectro de fanatismo aún en los tiempos en los que la ciencia ha triunfado catapultando el conocimiento concreto hasta la superficie de la luna.

Las estructuras religiosas que surgen desde ideales espirituales, siempre han intentado ofrecer una ayuda hacia la realización de Verdad, pero lamentablemente, estos altos ideales tienden a ser limitados dentro de las interminables formas culturales y a ser vestidos artificialmente por los que no ven que el medio para alcanzar un objeto no puede ser la meta; la meta está más allá. El camino es el medio para alcanzar el objetivo, pero si uno duda sobre la autenticidad del camino, es engañado por las diferencias y es por eso que no puede alcanzar nada.

Cada religión tiene un tono específico y una vez todos estos tonos se mezclan en armonía como una sinfonía divina, uno encuentra la realidad de la unión perfecta de todos los ideales espirituales. Sin embargo, esto no significa la derivación en una iniciativa agrupativa, sino el descubrimiento del hilo dorado que corre a través de todas las estructuras religiosas y revela la espiritualidad profunda en la inspiración original, entretejida entre todos los Ideales religiosos.

La religión, que es la materialización del Mensaje original, se reestructura continuamente con el tiempo, según el entendimiento de distintos reformadores culturales, adaptada tanto en palabras como en formas a los estándares educativos de la multitud; mientras que el desarrollo paralelo de la ciencia siempre se ha enfocado en la búsqueda de los hechos definibles, estructurados según definiciones lógicas.

A través de los siglos, reivindicaciones morales y espirituales provenientes de teorías religiosas han sido diversamente interpretadas por “quienes hablan desde el púlpito” y aún hasta hoy son entendidos de maneras diferentes por los seguidores de los seguidores que no se dan cuenta de que estas interpretaciones tienen poco en común con el origen espiritual de la palabra sagrada.

La espiritualidad que es la esencia de todas las religiones, no puede ser encuadrada dentro de doctrinas o definida por palabras, tampoco se puede enseñar o aprender; la única manera en que se puede descubrir es a través del corazón. Es por eso que la espiritualidad significa renacimiento en el sentido en que uno comienza a descubrir que ella siempre le ha pertenecido por derecho de nacimiento y tal vez el mejor modo de describirla es que es como el perfume del conocimiento verdadero.

El Mensaje Sufi en nuestro tiempo que es inspirado por ideales espirituales, no es una nueva religión ni es un culto; tampoco es una doctrina o una institución secreta. Aunque uno podría decir que es la misma religión del corazón que ha existido siempre desde que la sabiduría era sabiduría. Por lo tanto, el término “Sufi” que significa “sabiduría” se refiere no solamente a los órdenes antiguos, conocidos o desconocidos que han florecido a través del tiempo, sino también indica la purificación de la mente de las ideas preconcebidas y pensamiento ilógico, especialmente en relación con conceptos abstractos.

El Mensaje Sufi es la respuesta al llanto de la humanidad que está llamando a la Libertad Espiritual más allá de las distinciones y diferencias; es el Mensaje de Hermandad inspirado por la presencia omnipresente del Amor, la Armonía y la Belleza.

Que la piedra sagrada de Ka’aba puesta hace miles de años por Abraham, el padre de las tres grandes corrientes religiosas, como un Templo de Iniciación para simbolizar el Ideal de Uno y el mismo Dios, sea el ejemplo de dignidad y respeto por siempre para los que se atreven a andar por el camino de la Verdad, sin distinción entre religiones o creencias.

Desde el 1988 Murshid Hidayat Inayat-Khan ha sido el Pir-o-Murshid y el Representante General del Movimiento Sufi Internacional. En 2009 el Consejo de Pir-o-Murshid se estableció y a partir de ese momento Murshid Hidayat Inayat-Khan y Murshid Karimbakhsh Witteveen son Co-Representantes Generales.